Ya van por el mes de marzo los búhos reales incubando sus
puestas sobre los roquedos y barrancos de nuestros montes. Desde la
castigada Sierra de la Villa hasta la Sierra de Salinas e
incluso en la Laguna de Villena se puede detectar la presencia del gran búho.
Su población ha aumentado en esta última década, llegando a ser la segunda
rapaz nocturna más abundante en Villena.
Búho real en Villena
Fotografía: Rosalía Alonso
Hembra incubando la puesta
Fotografía: Rosalía Alonso
Estimamos un mínimo de 20 parejas para el término municipal,
aunque esta cifra podría ser significativamente mayor. Prueba del aumento
de la población queda reflejada en la cantidad de ejemplares localizados
heridos o muertos en distintas circunstancias. Durante 2018 al menos 6 búhos
reales accidentados han sido localizados, de los cuales 1 ejemplar muerto en una
cantera, 1 muerto en barranco, 1 muerto por electrocución y 3 ejemplares que
quedaron atrapados en el vallado de distintas parcelas; solamente 1 de los
búhos atrapados en vallado pudo ser liberado con vida y llevado al centro
de recuperación de fauna.
Propio de ambientes montanos, laderas o barrancos, el búho
real es una especie que se adapta muy bien al medio siempre que aparezca el
conejo, la especie principal de la que se alimenta. Abundante hoy en día
por cualquier zona de Villena el conejo en el campo ha beneficiado la
proliferación del búho y la ocupación de áreas donde antes no era
frecuente.
También otras especies de vertebrados completan su dieta, como la rata parda y el erizo europeo, así como diferentes especies de aves e incluso otras rapaces como el cernícalo o nuestra querida lechuza; es probable que la desaparición de esta en nuestros campos tenga mucho que ver con la aparición del búho real en los lugares donde la lechuza habitaba.
También otras especies de vertebrados completan su dieta, como la rata parda y el erizo europeo, así como diferentes especies de aves e incluso otras rapaces como el cernícalo o nuestra querida lechuza; es probable que la desaparición de esta en nuestros campos tenga mucho que ver con la aparición del búho real en los lugares donde la lechuza habitaba.
En periodos de
abundancia de alimento y si las condiciones ambientales son favorables, los
depredadores experimentan un aumento lógico de sus poblaciones que a su vez
afecta al resto de especies que habitan en un determinado lugar.
Quizás el búho real no sea el último gran depredador que
veamos por estos lugares.
José Carlos Hernández Bravo