La Consejería de Infraestructuras, Territorio y Medio Ambiente de la Comunidad Valenciana ha declarado recientemente mediante una Orden, una reserva de fauna silvestre en el Valle de los Alhorines en el término municipal de Villena, denominada Alhorines-Enerstar. Pero, ¿para que? ¿para la conservación de especies que se encuentran amenazadas?. Para eso ya se creó una zona ZEPA (zona de especial protección para las aves), para la protección de las aves esteparias, por ser el valle de los Alhorines una de las mejores estepas cerealistas de la provincia de Alicante, siendo el principal núcleo reproductor en la Comunidad Valenciana para cernícalo primilla y una de las escasas localidades valencianas de cría de sisón común. Nidifican 18 especies de aves del anexo I de la Directiva 79/40CEE, incluyendo rapaces como aguilucho cenizo, culebrera europea, águila real, aguililla calzada, halcón peregrino y búho real.
Realmente la declaración de esta reserva de fauna no es ningún capricho ecologista que pretenda conservar toda la fauna y flora de la zona en unas pocas hectáreas, sino que es la consecuencia directa de la aprobación del proyecto para la construcción de una nueva planta termo-solar, que ya ha comenzado, en el Valle de los Alhorines y que ocupará nada menos que 130 hectáreas. La reciente reserva de fauna tiene una superficie de 13 hectáreas, diez veces menos que la superficie que va a ocupar la planta termo-solar. Una superficie insuficientes dada la importancia del hábitat prioritario y las necesidades de las especies de la zona.
Los ecosistemas esteparios de la Comunidad Valenciana prácticamente no existen y de las estepas cerealistas sólo quedan en el interior, conviviendo con pequeñas zonas naturales en forma de mosaico de fauna. La misma Consellería declaró en 1997 este mismo lugar para llevar a cabo la reintroducción del cernícalo primilla, una pequeña rapaz que se extinguió por la acción del hombre. A pesar de ello, la Consellería de Medio Ambiente ha autorizado a la empresa Enerstar para la construcción de la planta en este valle.
Los promotores de la planta termo-solar deberán conservar intactos elementos singulares como árboles aislados, islas de vegetación, muretes o construcciones tradicionales. Tampoco se permite roturar franjas de vegetación entre campos de cultivo.
Las normas establecidas en la declaración de impacto ambiental obligan a Enerstar a ceder a la Administración una parcela de 14 hectáreas para dedicarla a la recuperación del cernícalo primilla. Entre las medidas se incluye excluir de la actuación la ocupación de las 39 hectáreas ubicadas en el ámbito territorial de la ZEPA, así como varias parcelas, que deben mantener los usos actuales del suelo, mantener los cultivos de cereal y el resto de explotaciones agrícolas que sirven como alimento de las aves amenazadas.
A pesar de lo reflejado en este informe de impacto ambiental, parte de esta central termo-solar se va a instalar dentro de la zona ZEPA.
José Carlos Herández
Información bibliográfica
R. Bernabeu – Las Provincias
http://www.enerstar.es/index2.htm