5 de mayo de 2011

JUSTIFICACIÓN DE UNA PODA VERDE EN ÁRBOLES ADULTOS O MONUMENTALES


Es curioso, necesario y admirable el valor que la población de determinadas ciudades, pedanías o incluso a nivel nacional, le puedan otorgar a cualquier árbol o agrupación vegetal establecida en un enclave concreto que, por su peculiar ubicación, porte, majestuosa sombra y otras características merezcan la atención, el respeto y los cuidados mas atentos del hombre.

El pasado mes se realizaron trabajos de restauración, poda y observación de afecciones en la copa del majestuoso ejemplar de olmo en Las Encebras (Pinoso).

Estas especies de árboles caducifolios son representativas de cursos continuos de aguas o asociadas a las riberas y afluentes de nuestros ríos.

Muchas veces su salud empeora a raíz de la modificación del terreno o alteración de su entorno por parte de la actividad humana.

La bajada de niveles freáticos por la extracción de agua (pozos) o la modificación de ramblas y pequeñas fuentes puede derivar en la muerte de conjuntos arbóreos de este tipo.

Este árbol recibe visitas de multitud de curiosas personas y dispone de unas mesas situadas a su pié.

La mayoría de ramas muertas ó debilitadas estaban justo encima de dicha mesa junto con otras que daban a la parte de la carretera.

En la intervención, solamente se eliminó ramaje seco, de pequeño diámetro, que pudiera causar algún accidente si las ramas quebraran y cayeran, evitando incisiones y cortes no necesarios en ramas vivas pues el goteo de savia suele atraer dañinos escolítidos u otros coleópteros que acarrean el riesgo de transmisión de graves enfermedades como la temible grafiosis, capaz de acabar con la vida de estos árboles.

Se detectó la presencia de coleópteros (Galeruca, Xanthogaleruca luteola) en estado larvario bastante desarrollado que consumían los tallos mas finos de las partes debilitadas externas de la copa, provocando una defoliación acusada.

La proximidad del olmo al camino de asfalto que permite el acceso a la pedanía ha provocado la compactación e impermeabilización del suelo evitando así que el agua penetre en el subsuelo y se pierda por escorrentía.

La consecuencia de esto es la muerte de parte de las raicillas más superficiales y absorbentes. Debilitado así el árbol, lo ha reflejado en la copa secándose la parte más externa del ramaje.



Texto y fotos: Pablo Hernández García. Socio de SALVATIERRA.

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