El pasado sábado día 12 de febrero se publicó una noticia en el diario INFORMACIÓN sobre la perdida de ciertos pinos como consecuencia de una plaga de procesionaria en Aspe.
Si bien es cierto, que los pinos afectados por las plagas de procesionaria (Thaumetopoea (Traumatocampa) pityocampa ), quedan debilitados tras la infección, incluso algunos pueden morir, también es cierto que en la mayoría de casos los pinos vuelven a rebrotar y además con cierta vigorosidad.
Es necesario explicar, en defensa de las orugas de esta especie de mariposas nocturnas, que los pelos urticantes que tienen las orugas producen dicho efecto urticante cuando se entra en contacto con la oruga. El animal no va diseminando sus pelos por el ambiente, puesto que es un seguro repelente frente a ciertos depredadores. Es cierto que estas orugas pueden provocar diversos tipos de alergias pero en la mayoría de casos, diversos tipos de alergias primaverales son asignados de forma altruista a la presencia de la procesionaria, en muchas ocasiones provocada por nuestro estilo de vida donde lo aséptico prevalece frente a la relación con la naturaleza.
Hago referencia al artículo publicado en el diario Información del mismo día unas páginas más adelante, donde el médico y profesor D. Adrián Martínez identifica la relación de las personas expuestas a insecticidas y el incremento de las probabilidades de padecer la enfermedad de Parkinson.
Muchos de estos insecticidas quedan presentes en la zona el tiempo suficiente como para ser asimilados también por cualquier animal superior que pase por allí, incluso por el ser humano y sus animales domésticos.
La problemática ambiental de las fumigaciones con insecticidas que normalmente se plantea para “mantener los montes en buen estado” como indicó el edil de EU Antonio Puerto en el artículo de la plaga de procesionaria en la pinada de Aspe, es la solución de mayor impacto negativo sobre todos los seres vivos que habitan la zona.
La fumigación con insecticidas, a parte de la contaminación tóxica y nociva y la afección directa e indirecta sobre especies que no son objeto de eliminación, es que incrementan notablemente los casos de alergia ambiental por los pelos urticantes de las orugas que han muerto, es decir, en condiciones normales, cuando las orugas nomadean en procesión desde los árboles hasta que encuentran un lugar apropiado en el suelo y se entierran para pupar y convertirse en mariposas adultas, hacen una última muda para transformarse en crisálida y dejan enterrados los pelos urticantes, por tanto, si fumigamos una zona donde hay una plaga de esta especie los cadáveres de las orugas con sus pelos urticantes quedarán repartidos y esparcidos por doquier, provocando un aumento exagerado de los casos de alergia.
Para actuar sobre la especie cuando esta se encuentra en fase de oruga debemos actuar siempre mediante acciones estudiadas poco o nada agresivas para el medio.
Y para ello debemos recurrir a los tratamientos biológicos. Uno de los más selectivos y menos costosa para combatir la plaga es la eliminación directa y manual de las bolsas de seda donde se refugian las orugas. Es más, hoy en día existen aparatos manuales, que no contaminan ni precisan recambios ni mantenimiento. Basta con recoger las bolsas y depositarlas en un contenedor para su posterior eliminación.
Otro mecanismo de control como alternativa al uso de los insecticidas químicos tradicionales es la utilización del Bacillus Thuringiensis, un insecticida biológico compuesto de miles de bacterias, que actualmente se consigue producir para actuar específicamente sobre especies concretas y con poco impacto ambiental. Para el tratamiento se mezcla el producto con agua y se aplica pulverizando con mochila, cañón o en tratamientos aéreos. Las orugas al comer acículas impregnadas con el producto, se infectan y mueren.
Las plagas aparecen como consecuencia del tremendo impacto medioambiental que la gran población humana y sus hábitos de consumo tienen sobre el planeta. Haciendo referencia al caso de la procesionaria del pino que estamos tratando, cómo no, también tenemos la culpa. Si a la magnífica estrategia de supervivencia en el desarrollo de las orugas, le añadimos plantaciones únicas y monoespecíficas de pinos y a parte eliminamos los depredadores naturales mediante el uso de insecticidas y venenos, estamos ofreciendo el maná para la proliferación de la especie.
Tras muchas décadas de ignorantes hábitos, tenemos que cambiar nuestra mal acostumbrada manera de interactuar de forma negativa en el entorno y evitar el uso de venenos que contaminen nuestros campos.
Texto:
Jose Carlos Hdez.
Jose Carlos Hdez.
Para saber más sobre la biología de la procesionaria: PROCESIONARIA DEL PINO, de Krispy Yamaguchy
¡Gracias ! por la información, creo que muy interesante y que contrastare con otras, conociendo personalmente a el representante de IU Antonio Puerto, de aspe, le paso la información de tu blog, para que también se informe al respecto.
ResponderEliminarUn saludo.
Hola José Carlos,
ResponderEliminarme parece interesante tu artículo y comparto contigo que el método menos agresivo, es el bacillus pero en todo lo demás difiero un poco.
Si las soluciones que propones son tan fáciles de realizar y perjudican tan poco, ¿por qué no se llevan a cabo?..pues principalmente por dos motivos, primero, el económico..el Bacillus es extremadamente caro y si el ayuntamiento no recibe fondos para tal fin, es difícil que opte por ese método y el segundo , la dificultad de la eliminación bolsón a bolsón, si hablamos de pinos que no sobrepasan los dos metros perfecto, manejo de plagas ideal, pero dudo que así sea, ¿Cómo eliminas bolsones a más de diez metros? Y peor todavía, si como he leído la procesionaria ya ha acabado con algunos, es porque tiene un nivel de infestación alto, podrían contratarse a trabajadores verticales, pero diles tu que se metan en semejante maraña, no creo, tendrían que ir sobreprotegidos lo que les dificultaría enormemente su trabajo o de lo contrario, urticarias a doquier. También contratar plataformas elevadoras y venga, con paciencia y una caña….. entonces volvemos al primer motivo, la pasta!!! Desde mi punto de vista método denegado.
Y bueno, lo de los insecticidas, es el eterno debate..¿salvamos pinos o salvamos insectos? En ambientes semiáridos como el de Aspe, mi respuesta es clara..¡¡SALVEMOS PINOS!! El tiempo de persistencia del insecticida es de unos 30 días, y actúa sobre las hojas que vorazmente se zampan estos defoliadores , el resto de árboles caducos todavía no tienen hojas, para cuando las tengan y otros insectos quieran comerlas, la toxicidad habrá desaparecido.
No creo que sea necesario juzgar todas las actuaciones que se llevan a cabo en el medio, para ello existen técnicos que evalúan todas las alternativas, y si se ha optado por un insecticida, ya sabrás que se realiza en avioneta y a volúmenes ultrabajos, por lo que peligro para las personas y animales ninguno. Posiblemente el insecticida utilizado sea el Diflubenzurón, de los más utilizados para la procesionaria y clasificado como poco tóxico, para personas, artrópodos, abejas y aves. Solo presenta toxicidad media en peces, pero dados los cursos de agua que existen Aspe, no creo que afecte mucho . En la tierra aguanta 3 o 4 días por lo que tampoco tiene mayor problema, y al realizarse por avioneta y a tan bajos volúmenes suele quedarse retenido donde interesa exclusivamente, en las acículas del pino.
Respeto tu opinión, pero no hay que alarmar tanto, los mismos plaguicidas se usan en agricultura y a dosis mucho más altas, y cuando paseamos por ahí y vemos una apetitosa manzanita en un árbol nos la comemos, eso sí es tóxico.
Y bueno, que tenemos la culpa de que haya procesionaria..hasta cierto punto, donde hay pinos hay insectos que se alimentan de ellos y si se dan unas condiciones óptimas cada “X” años para su proliferación, pues plaga al canto!
El verdadero método inofensivo al medio sería dejarlo tal cual está y que la naturaleza hiciera su curso, la plaga acaba con los pinos, se acaba el alimento, desaparece la plaga y vuelta a empezar, pero termino como empecé, salvemos los pinos!! Poca masa forestal podemos ver por allí.
Esta es mi opinión, ojalá fuera todo más fácil de arreglar y existieran soluciones ecológicamente ideales, pero en un mismo medio interactúan muchos factores y debemos procurar la mejor manera de acabar con los problemas. Nada es perfecto, y se tiene que ser objetivo, el idealismo es pura teoría, como todo lo que pone en los libros, en la práctica hay que pensar un poco más . De todos depende contribuir, pero en este caso, creo que has hecho una alarma bastante exagerada.
Pero ah!!, ya no estamos hablando de ecología, estamos hablando de dinero…
ResponderEliminarExisten herramientas para la eliminación de los bolsones que no hacen necesaria la utilización de costosas plataformas elevadoras. Te puedo asegurar que es tan sencillo como ir a coger oliva; dos operarios con estas herramientas, que no son nada más que unas varas telescópicas (extensibles) con una pinza y una tijera en su extremo pueden eliminar más del 70% de los bolsones en un pinar infectado y como se puede imaginar, lo costes son mínimos comparados con tener que volar una avioneta para fumigar.
No estoy alarmando, te puedo asegurar que mi intención es la contraria, des-alarmar a la población alarmada porque alguien ha dicho que el simple hecho de presencia de unas orugas peludas produce una reacción alérgica a la vida y a la relación con la naturaleza.
Vuelvo a reivindicarme, como hizo Felix hace ya 35 años, en la negativa a la utilización de venenos en nuestros campos.
Ni te imaginas como afecta el Diflubenzurón en las poblaciones de anfibios donde es utilizado.
Según la ficha de seguridad del Diflubenzurón, la degradación es relativamente lenta y depende del tipo de suelo y como no, de las condiciones climáticas del medio. Es estable a la luz y a temperaturas de 50 ºC. Catalogado como peligroso para el medio ambiente, muy tóxico para los organismos acuáticos, por provocar a largo plazo efectos negativos sobre el medio ambiente acuático. Altamente tóxico para invertebrados acuáticos por inhibir la síntesis de la quitina.
Casual y sorprendentemente, los síntomas provocados por intoxicación con Diflubenzurón son: irritación de los ojos, piel, mucosas, tracto respiratorio y gastrointestinal con náuseas, vómitos y diarrea, irritación del tracto urinario y metahemoglobinemia, y mira! pero si parecen los mismos síntomas que se diagnostican en los domingueros por la supuesta alergia a los merenderos con procesionaria…
Y permíteme que dude sobre los técnicos que evalúan las actuaciones ambientales y los que creen que para “mantener los montes en buen estado” hace falta la intromisión humana, sinceramente creo que fueron a la misma escuela que el capataz que manda podar nuestros jardines en Villena.
Te informaré también, que en ambientes semiáridos como el de Aspe, sencillamente los pinos no deberían estar allí, debido a las características del suelo de estos parajes y a la climatología de la zona, la vegetación está adaptada a una aridez extrema, a la presencia de sales en el suelo y a la ausencia de materia orgánica. Por esto, originariamente no encontraríamos nunca formaciones boscosas, ni por supuesto pinadas con plaga de procesionaria. Seguramente la flora originaria y botánicamente hablando más importante, ha sido sustituida y eliminada por la reforesta de pinos que ahora tenemos que salvar para que no se mueran!
Pero por favor, dejar de pensar que la procesionaria acaba con los pinos, eso es como decir que la gripe A acaba con las personas, NO!; pues resulta que después de 1 millón de años de convivir con la procesionaria, los ejemplares que quedan más debilitados por la infección, milagrosamente se recuperan. Si bien es cierto, que algunos ejemplares más débiles en unas condiciones de aridez donde sus madres no les pueden llevar el zumo de naranja rico en vitamina-C, que por cierto cabe decir que se ha demostrado que la vitamina-C no nos inmuniza frente al resfriado, pues estos ejemplares a los que les cuesta recuperarse del ataque de la procesionaria si pueden llegar a morir.
Respeto tu opinión como tú has respetado la mía, pero jamás defenderé el uso de venenos y más aún si existen suficientes medidas para evitarlos.
Mi intención no la de abrir un debate, ni enfrentarme con nadie y SALVATIERRA debe mantener una postura neutral en este artículo, por eso lo he firmado; pero sí considero que es muy interesante que queden expuestos los dos puntos de vista para que nuestros lectores y socios puedan interpretar y aceptar lo que crean conveniente.
Un aspecto que no se ha comentado es que nuestros montes son montes protectores, nunca de explotación maderera, por tanto, es un sinsentido efectuar tratamientos fitosanitarios en toda la masa. Solamente es justificable realizar tratamientos en las zonas de uso público como merenderos, márgenes de caminos, etc. superficies muy pequeñas que pueden tratarse con métodos que no envenenen nuestro medio ambiente.
ResponderEliminarun saludos a todos/as
Ahora es el momento de que la procesionaria se enitrre para pupar, como van en grupo, es algo llamtivo, y por tanto este tipo de noticias de "alerta de plaga" son frecuentes.
ResponderEliminarhttp://www.villena.net/noticia.asp?idnoticia=86781
Hace unas semanas fumigaron un parque de mi ciudad. Quiero escribir al ayuntamiento y me ha servido mucho este artículo para informarme mejor. Gracias
ResponderEliminarTodo eso que dices está muy bien, en cuanto a la forma "mas ecológica" para terminar con la procesionaria, esta muy bien para parques y jardines. ¿Como lo harias en esas masas de pinar estensas?, ir pino por pino, seria imposible, cuando terminaras, tendrias que volver a empezar.
ResponderEliminarEsos insecticidas bactereologicos son validos por un pequeño espacio de tiempo, ¿y el resto del año?.
En cuanto los pelillos urticantes, son efectivos cuando la oruga esta viva, una vez muerta duran apenas horas.
Últimamente, cuando no tenemos una esplicación para algo, "es culpa del cambio climático" y no puede ser un simple ciclo. Resulta curioso, cuando hay fenómeno meteorologi, siempre se comenta, ejemplo; hacia que no llovia así, desde el año .... luego no es la primera vez.
No quiero decir con esto que no halla que cuidar un poco lo que hacemos. Pero que seamos conscientes de que para dar a la llave y que se encienda la luz tiene que haber una central electrica en algún sitio.