Durante estos días asistimos impertérritos en Villena a la desaparición de varios elementos arquitectónicos pertenecientes a la vieja estación de la línea ferroviaria conocida popularmente como “El Chicharra” que se empezó a construir en 1882, con el principal objetivo de enlazar los núcleos industriales y vinícolas de Alcoy y Yecla con el ferrocarril Madrid-Alicante a su paso por Villena. Como se puede imaginar, constituyó desde sus comienzos un importante foco de desarrollo económico para la ciudad. La línea ferroviaria cesó su actividad en 1969, desmantelándose progresivamente y pasando muchas de sus estaciones principalmente a usos particulares. En la última década, una buena parte de su recorrido ha sido reconvertido en vías verdes.
La estación de Villena, un bello edificio de estilo modernista, y sus edificios auxiliares a ambos lados, han permanecido en desuso desde entonces, abandonados, y por tanto, en un continuo proceso de degradación. En este estado han permanecido hasta nuestros días constituyendo un singular referente visual de nuestra ciudad para usuarios del transporte ferroviario y paseantes en general. Constructivamente, estos edificios destacan por su estilo decimonónico, combinando distintos materiales edilicios como la mampostería, la sillería y piedra labrada, el ladrillo visto, sus molduras y sus cubiertas de madera y teja. También es destacable su variedad constructiva ya que los cinco edificios alienados (hoy cuatro) son diferentes entre sí. Se trata de edificios singulares, perfectamente catalogables como patrimonio histórico, arquitectónico, industrial o etnográfico, que deberían estar protegidos y conservados en condiciones decentes como parte de nuestra idiosincrasia.
Asimismo, queremos destacar también la existencia de diferentes ejemplares arbóreos de especial importancia en estos terrenos propiedad de la empresa pública “Adif”. Podemos contemplar allí los ejemplares de morera, acacia negra y robinia más grandes del término, un Kaki, también de los más grandes y otros ejemplares de interés como ailantos, almeces, olmos y acacias. Del mismo modo debe ser protegido este importante patrimonio natural
El pasado viernes ya había desaparecido el gran almacén situado al norte del complejo cuyas cubiertas estaban notablemente arruinadas. Según nuestras fuentes a partir de mañana lunes se continuará con la demolición del almacén contiguo a la estación que no presenta un deterioro tan avanzado. Y si no se cambia la tendencia, pronto asistiremos a la desaparición de la estación, del resto de edificios y de los magníficos árboles existentes en la zona.
Desde la asociación “Salvatierra”, queremos manifestar nuestra completo desacuerdo con la desaparición de estos recursos culturales y solicitar encarecidamente a las autoridades competentes que se ponga freno a esta degradación y que se plantee con urgencia su protección y recuperación.
Es una auténtica pena la desaparición del patrimonio construido, aunque también hay que reconocer que sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, ahora que están derribando...
ResponderEliminarSe supone que para eso está esta asociación, ahora toca reclamar que se conserven los tres edificios que quedan, pero se necesita la ayuda de un colectivo importante.
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